SALIDA DE ESPAÑA DEL SAHARA
«Que quede aclarado que no considero que
haya habido capitulación alguna de España ante Marruecos. Quienes así lo piensan están equivocados, y no deben
olvidar que se ha evitado mucha sangre y el luto de muchas familias
españolas en una horrible contienda armada». Con
estas palabras, el gobernador general del Sáhara Occidental, Federico
Gómez de Salazar, ponía punto y final a casi un siglo de presencia española
en el territorio africano.
Gómez de Salazar presidió el Consejo de
Guerra contra los golpistas del 23-F
El mismo hombre que presidiría seis años
más tarde el Consejo
de Guerra contra los golpistas del 23-F,
parecía justificar así una salida precipitada que llevó a las autoridades
franquistas a ceder
la administración de la colonia española a Marruecos y Mauritania. Una acción llevada a cabo en contra de los planes de
la ONU que preveían la celebración de un referéndum
de independencia.
Aquella decisión, ejecutada hace ahora
38 años por Gómez de Salazar, es considerada aún hoy una de las decisiones más
controvertidas de la política exterior española en la historia contemporánea,
sobre todo a la luz de los episodios
violentos vividos en El Aiún, en noviembre de 2010.
«Fue emotivo e inolvidable el momento de
arriar la bandera. Anochecía en Villa Cisneros y el coronel
Torres, formando a los escasos hombres con que contaba, nos dijo: “Ante la
imposibilidad del toque de oración, guardemos un minuto de silencio por los
compañeros que en este territorio rindieron el último servicio a la
Patria”», contaba
el corresponsal de la agencia «Cifra» el
13 de enero de 1976.
La retirada se había iniciado 72 días
antes, tras el
final de la Marcha Verde y
la firma de los Acuerdos tripartitos de Madrid, el 14 de noviembre
de 1975. El gobernador general del Sahara tuvo que soportar la enorme presión
ejercida por Marruecos mientras
Franco agonizaba y después de su
muerte, así como la situación crítica a la que
se exponía el pueblo saharaui, en medio de la incertidumbre que rodeaba el
futuro de España. Más de dos meses de evacuación, en la llamada «Operación
golondrina», cruciales para entender la historia de este conflicto
histórico cuya herida no se ha cerrado del todo.
La
muerte de Franco
La ausencia de Franco precipitó la
negociación política y llevó a las autoridades del régimen a cerrar cualquier
posibilidad a un conflicto armado. No estaban dispuestas a vivir la experiencia
de Portugal tras las guerras coloniales de Angola, que había ocasionado al
Gobierno luso la revuelta de sus militares y la gestación de las ideas que se
habían proclamado en la «Revolución de los claveles» un año
antes.
«De haber llegado a la conflagración
armada, el resultado para España hubiera sido brillante»
«De haber llegado a la conflagración armada, el
resultado para España hubiera sido brillante, pero las consecuencias hubieran
sido muy graves», advertía el gobernador militar del Sahara, en las palabras de
despedida brindadas a los periodistas y a los otros nueve militares a sus
órdenes, que fueron los últimos soldados españoles en abandonar la colonia.
Esta idea ya había sido expresada por
Gómez de Salazar tres días después de que se firmaran los Acuerdos de Madrid,
en los que el Sahara
Occidental quedó dividido en dos: «En una
conflagración armada puedo asegurarles que hubiéramos obtenido una gran
victoria sobre Marruecos en menos de 24 o 48 horas, pero por no hacer esta
matanza (sobre la Marcha Verde) y por salvaguardar la paz desistimos de la
violencia y llegamos a un acuerdo».
Descolonización
sin referendum
Los planes de descolonización
acordados con la ONU, que contemplaban la convocatoria del referéndum de
independencia jamás celebrado, caían en saco roto: «España tiene la conciencia
tranquila por haber hecho todo lo posible por concederles la autodeterminación
–aseguró Gómez de Salazar–, pero las constantes acciones de este Frente
(Polisario) nos han obligado a aceptar esta postura tripartita».
La retirada fue una operación militar de
enorme dificultad en la que reinó el orden
La retirada fue, igualmente, una operación militar de
enorme dificultad en la que finalmente reinó el orden. Una diferencia
sustancial a lo que le ocurrió a Francia en Argelia, donde la descolonización
dejó sobre la arena miles de muertos; o al Reino Unido en la India, o a Italia
en Etiopía, Eritrea y Libia.
TRISTEZA Y RABIA POR DEJAR AL PUEBLO SAHARAUI EN MANOS DE HASSAN II
ResponderEliminarMARAVILLOSO
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