Fue la única hija de un matrimonio de judíos secularizados. Su madre, Gertrud
Lichtwitz, era pianista, nacida en Budapest y su padre, Emil, era banquero nacido en Leópolis. Desde pequeña destacó por su inteligencia y fue considerada por sus
profesores como superdotada. Empezó sus estudios
de ingeniería a los 16 años, pero tres años más tarde,
en 1933, abandonó la
ingeniería atraída por su vena artística, y empezó en el teatro berlinés como
alumna del director Max Reinhardt.
Así inició su carrera cinematográfica, y
pronto sería mundialmente famosa por la secuencia de la película Éxtasis (1933), en la que aparece completamente desnuda, primero al borde de un lago, y
luego corriendo por la campiña checa. Por dicha escena se la conocería como la primera mujer en la historia del
cine que apareciera desnuda en una película comercial.2
Atraído por la película,[cita requerida] el magnate de la industria armamentística Friedrich Mandl arregló con sus padres un matrimonio de conveniencia y fue prometida en
matrimonio en contra de su voluntad. Hedy calificó posteriormente esa época
como de auténtica esclavitud.
Su marido –también de origen judío– era
proveedor de municiones, de aviones de combate y de sistemas de control de Adolf Hitler y de Benito Mussolini (de quienes era amigo personal), según
narra Lamarr en sus memorias.3 Esas ventas de material militar fueron
realizadas durante la ocupación de Abisinia (hoy Etiopía). Tras casarse el 10 de agosto de 1933, él intentó infructuosamente
hacerse con todos los ejemplares existentes de la película en la que su esposa
aparecía desnuda. Muy celoso, la obligaba a acompañarle en todas las cenas y
viajes de negocios. Fue encerrada en casa y sometida a un estricto control.
Hedy tuvo que abandonar su incipiente carrera cinematográfica, y cualquier otro
tipo de actividad que no fuera la de simple comparsa de Mandl. Ella cuenta que
tan solo podía bañarse o desnudarse cuando su marido estaba a su lado,
acechándola.
Por otra parte, Hedy había aprovechado
su soledad para continuar sus estudios de ingeniería, y utilizar su inteligencia para obtener de los clientes y proveedores de
su marido los pormenores de la tecnología armamentística de la época. Dichos conocimientos fueron cedidos por la actriz a las
autoridades de los Estados Unidos años más tarde; igualmente algunas
reuniones le sirvieron de guía para idear y patentar, en los años 1940, la técnica de conmutación de frecuencias, que le devolvería
notoriedad en los últimos años de su vida.
Durante su enclaustramiento mantiene una relación sentimental con su
asistenta. Dicha relación le permitió obtener la ayuda necesaria para escapar.
En una rocambolesca historia de amor, Hedy consigue la
infraestructura necesaria para preparar un completo plan de fuga y escapar para
siempre de las garras de su marido. Escapando por una ventana del baño de un
restaurante, huye en automóvil hasta París (Francia), seguida de cerca por los guardaespaldas de su marido.[cita requerida], aunque la versión
que ella misma cuenta en su autobiografía es algo diferente: Administró un
somnífero a su asistenta y pudo salir de su casa disfrazada de esta (la había
contratado hacía poco justamente para este objetivo, por parecérsele
físicamente). De esta manera pudo llegar a la estación de tren y viajar hasta
París por este medio.
En 1937 Hedwig escapó al fin de Mandl.
Ya en París, consiguió viajar más tranquilamente a Londres (Reino Unido). Allí conoció a Louis B. Mayer, el empresario de la Metro Goldwyn Mayer (M-G-M). Vendió sus joyas y huyó a los Estados Unidos, en el mismo barco en
que él regresaba, para convencerlo de que la contratara como actriz. Al llegar
a tierra, ya tenía un contrato de siete años y un nuevo nombre: Hedy Lamarr.4
Así renació, pues volvió de nuevo a su
vida como actriz. Había hecho hasta entonces, además de la película
checoslovaca Éxtasis, cuatro películas
alemanas, además de la citada: Dinero en la calle (1930), La mujer de Lindenau (1931), Las aventuras del señor O. F.(1931), y No necesitamos dinero (1932). Gracias a su fama, le fue
posible viajar a Hollywood, donde sería protegida por Louis B. Mayer quien además, le daría un nuevo
nombre inspirado en la actriz Barbara La Marr, antigua amante de Louis, que falleció en trágicas circunstancias.
Tras el estreno de su primer
largometraje en los EE. UU., Algiers (1938), junto con Charles Boyer, y bajo contrato con la M-G-M,5empezó a destacar en Hollywood con Lady of the Tropics (1939), y con I Take This Woman (1940). Hedy Lamarr trabajó entre
otros conKing Vidor (Camarada X, Cenizas de amor), Jacques Tourneur (Noche en el alma,
1944), Robert Stevenson (Pasión que redime,
1947) y Cecil B. DeMille (Sansón y Dalila,
1949). No tuvo, sin embargo, demasiado éxito al elegir sus
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